Hablar de emprendimiento rural significa tener en cuenta las aportaciones que esta industria hace al desarrollo económico de la comunidad como un factor determinante para el cambio social y estructural, pero también como una fuerza que estimula la adquisición de conocimiento, el cambio tecnológico, la competitividad y la innovación.
Durante la crisis sanitaria fuimos testigos de cómo la fuerza productora del campo abasteció los mercados, tanto la agricultura familiar como los pequeños emprendimientos rurales. Actualmente, la crisis económica internacional involucra las estructuras productivas de muchos países industriales que están en riesgo de expansión en términos de crecimiento económico, y cuyos efectos más evidentes pueden verse en los procesos de expulsión de muchos trabajadores, especialmente para captar a las generaciones más jóvenes.
En este contexto, surge la necesidad de repensar el desarrollo en un sentido emprendedor. Este enfoque se convierte así en un requisito fundamental para las instituciones públicas y privadas comprometidas con la promoción del desarrollo económico. Sin embargo, la falta de una cultura emprendedora es uno de los principales obstáculos para la creación de iniciativas innovadoras en las zonas rurales de nuestra selva peruana.
Existen diversas instituciones que promueven los emprendimientos rurales. Kunan es una plataforma peruana de fortalecimiento del ecosistema de emprendimiento social y ambiental que nació en 2014, gracias a una alianza entre Global Shapers Lima Hub del Foro Económico Mundial y Telefónica del Perú, la cual formó parte de la estrategia Perú 2021.
Los proyectos “Haku Wiñay” o “Noa Jayatai”, que en dialecto Quechua y Shipibo – Conibo, respectivamente, significa “Vamos a Crecer”, buscan el desarrollo de capacidades productivas y emprendimientos para incrementar y diversificar los ingresos autónomos sostenibles de hogares en situación de pobreza y pobreza extrema en centros poblados rurales de la sierra y selva del Perú. Estos proyectos se iniciaron en el año 2024 y se implementan en el marco del rol del Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (Foncodes) y de la Estrategia Nacional de Desarrollo e Inclusión Social (Endis) “Incluir Para Crecer” (DS. N° 008-2013 - Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social – MIDIS).
En los últimos cinco años, la región San Martín ha participado en la implementación de un sinnúmero de emprendimientos, mediante los proyectos “Noa Jayatai”, gracias a que es parte del equipo Foncodes del Midis; esto en las 10 provincias del departamento de región San Martín y en la provincia de Alto Amazonas. Se han desarrollado emprendimientos que asocian a tres familias, quienes concursan con ideas y donde los negocios de los ganadores son implementados. Ellos poseen negocios con diferentes actividades productivas como crianzas de aves de corral, cerdos, peces, cuyes, ganado vacuno para engorde, ovinos, abejas para miel, cultivos de maíz amarillo duro y hortalizas, y procesamiento como panaderías, chocolaterías, café tostado molido, derivados lácteos y derivados de carne de cerdo. También tienen algunos emprendimientos de servicios como la confección de prendas de vestir y restaurantes.
Los proyectos “Noa Jayatai” tienen un periodo de implementación de tres años. Luego de finalizados, los emprendimientos generados quedan a cargo y plena responsabilidad de los integrantes del grupo de emprendedores. En un estudio realizado a una muestra de estos negocios, se ha encontrado que un 40 % se encuentran activos y operando, un 11.58 % se encuentran paralizados temporalmente y un 48.42 % se encuentran paralizados de manera definitiva. Esta situación muestra una tasa baja de empoderamiento, lo que es el resultado de muchos factores. Las razones más representativas son la desunión del grupo, el no tener un adecuado manejo principalmente de los costos y no identificar si están ganando o perdiendo; otra causa es el hecho de no haber identificado de manera acertada el mercado y también el no poder cumplir con las exigencias y normativas gubernamentales.
Ante esta situación, y con el fin de mejorar los indicadores, se deben hacer ajustes necesarios en las etapas del proceso de implementación, partiendo desde una mejor identificación de los emprendedores, aparte de las capacidades productivas y de calidad, dar énfasis a las capacidades de gestión de los negocios, (principalmente en costeo y articulación a mercados), así como también fortalecer las capacidades organizacionales, teniendo en cuenta la variabilidad cultural de nuestros pobladores y productores del campo. Otro aspecto importante será que luego de finalizar los proyectos se articule a los emprendedores con actores o instituciones gubernamentales o privadas comprometidas con este sector del desarrollo económico.
Finalmente, generar o promover emprendimientos rurales en la región San Martín es un reto y un desafío para las instituciones o ministerios comprometidos con el desarrollo y bienestar de las comunidades rurales; pero con políticas que sí promuevan los emprendimientos esto se convertirá en una oportunidad para la población rural que busca salir de la pobreza o de la pobreza extrema, beneficiando a su familia y a sus comunidades, con el fin de disminuir los embates de la crisis económica que nos afecta.