Los cambios políticos, sociales y económicos, la evolución tecnológica y las transformaciones que trajo la pandemia, factores jurídicos, demográficos y ecológicos, exigen que la administración del recurso humano se convierta en uno de los más importantes desafíos para las empresas en el mundo.
Las organizaciones, como seres vivos, se desarrollan en determinado entorno; si no lo logran, inevitablemente mueren. Es por ello que requieren de un escenario dinámico y competitivo frente a los cambios. La era de la comunicación y la información es real.
La modernidad exige asumir modelos de gestión basados en disciplinas o métodos de entrenamiento para un mejor empleo de las capacidades del personal, con la finalidad de que puedan ejercer su función con eficiencia. Por ello, es importante que las personas se sientan parte de un todo, diseñando experiencias donde el colaborador sea el protagonista, asegurando el bienestar de líderes, colaboradores y clientes.
El objetivo es analizar los elementos transformadores para impulsar el neuromanagement como desafío organizacional, estrategia y filosofía. Sus técnicas de planificación deben prevalecer asegurando las fases para una negociación y la mejora continua de los sistemas de calidad, gestionando el talento humano, definiendo los objetivos del proceso y su estructura. La estrategia corporativa es fundamental en la planificación de recursos humanos, sumada a su desarrollo interno.
Los procesos cerebrales se manifiestan en una serie de indicadores: éxitos y fracasos, rentabilidad y pérdidas, motivación y absentismo, energía y agotamiento. El neuromanagement permite aplicar las neurociencias en un entorno laboral, identificar las emociones como un factor sustancial generando impacto en los KPIs (Key Performance Indicators - indicadores clave de rendimiento), como la rentabilidad de la organización y la gestión del trabajo, consiguiendo una mejora continua en el desempeño de la empresa y a nivel individual transformar líderes y colaboradores.
La mezcla de la vida personal y laboral, en base a estrategias orientadas a crear, mantener y enriquecer ese equilibrio insertará a las empresas en el círculo virtuoso del talento, logrando mayor rentabilidad con personal calificado y asegurando la competitividad, que es el reto inmediato. Como todo sistema de cambio, tiene en su adaptación el desafío más importante.
Finalmente, todo lo que la sociedad necesita se produce en las organizaciones: formación de técnicos, forma de dirigir su empresa, modificación de liderazgos y trabajo grupal. Por eso, las personas constituyen el elemento básico, tienen inteligencia y habilidades, son una fuente de impulso que dinamiza la organización y tiene la capacidad de conducirla a la cima.
Es oportuno resaltar que la competitividad es el grado en que se puede producir bienes y servicios con aceptación en mercados nacionales e internacionales. Los aportes de la neurociencia como estrategia gerencial es la vía adecuada para lograrlo.
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