El Perú, un país megadiverso y rico en atractivos turísticos, se encuentra en la encrucijada de los impactos del cambio climático, lo que amenaza su valioso patrimonio natural y cultural. Según datos recientes del Ministerio del Ambiente (Minam), durante 2023, el sector turismo contribuyó con aproximadamente el 4 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) en el país. Esta cifra, aunque menor en comparación con otros sectores económicos, resalta la necesidad de adoptar medidas contundentes para mitigar el impacto ambiental de la industria turística peruana.
El cambio climático, impulsado por el aumento de las emisiones de GEI a nivel global, representa un desafío sin precedentes para el Perú y sus destinos turísticos emblemáticos. Los efectos del calentamiento global, como el retroceso glaciar, el aumento del nivel del mar, las sequías prolongadas y los eventos climáticos extremos, amenazan con alterar drásticamente los paisajes naturales, la biodiversidad y las condiciones para el desarrollo del turismo en diversas regiones del país.
Según informes del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), en 2023, se registraron impactos significativos del cambio climático en áreas naturales clave para el turismo, como en el Parque Nacional Huascarán y en la Reserva Nacional de Paracas. El retroceso acelerado de los glaciares en la cordillera blanca y el aumento del nivel del mar en las costas peruanas, respectivamente, han puesto en riesgo la integridad de estos ecosistemas y su atractivo turístico.
Además, de acuerdo con datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), en 2023, se registraron interrupciones y cancelaciones de actividades turísticas en algunos destinos como Cusco y Arequipa debido a eventos climáticos extremos, como lluvias intensas e inundaciones, lo que generó pérdidas económicas significativas para el sector.
Frente a esta situación es imperativo que el Perú adopte un enfoque proactivo y sostenible para el desarrollo del turismo, con el objetivo de minimizar su huella de carbono y contribuir con la lucha contra el cambio climático. Algunas estrategias clave incluyen:
- Fomentar el turismo de bajo impacto ambiental. Promover opciones de transporte más ecológicos, como el uso de vehículos eléctricos o medios de transporte público, así como incentivar el turismo de proximidad y el desarrollo de circuitos turísticos locales para reducir las emisiones asociadas a los viajes de larga distancia.
- Implementar prácticas de eficiencia energética. Invertir en infraestructuras turísticas sostenibles, con sistemas de climatización y alumbrado eficientes, así como el uso de fuentes de energía renovable, como la solar o la hidroeléctrica, aprovechando el potencial natural del país.
- Gestión responsable de los recursos naturales. Adoptar medidas para minimizar el consumo de agua, reducir la generación de residuos y promover la conservación de los ecosistemas locales. Esto puede incluir programas de reciclaje, tratamiento de aguas residuales y campañas de sensibilización ambiental dirigidas a los turistas y a las comunidades locales.
- Fortalecer la resiliencia de los destinos turísticos. Desarrollar planes de adaptación al cambio climático para proteger los atractivos turísticos y las comunidades locales, considerando medidas como la reubicación de infraestructuras vulnerables, la implementación de sistemas de alerta temprana y la diversificación de las actividades económicas locales.
- Promover el turismo comunitario sostenible. Apoyar y fortalecer las iniciativas de turismo comunitario que involucran a las poblaciones locales en la gestión y conservación de los recursos naturales y culturales, generando beneficios económicos y sociales para estas comunidades.
Es crucial que el gobierno peruano, en colaboración con el sector privado, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades locales, asuma un liderazgo proactivo en la implementación de estas estrategias. Solo a través de una cooperación coordinada y un compromiso genuino con la sostenibilidad, podremos preservar los destinos turísticos del Perú y garantizar un futuro más verde y resiliente para las generaciones venideras.
Algunas iniciativas prometedoras en este sentido incluyen el desarrollo de programas de certificación y etiquetado para identificar empresas y destinos turísticos que cumplen con estándares de sostenibilidad, así como la implementación de políticas gubernamentales que incentiven la adopción de prácticas respetuosas con el medio ambiente en el sector turístico peruano.
En definitiva, el turismo y el cambio climático en el Perú se encuentran indisolublemente entrelazados, y abordar este desafío de manera efectiva requerirá un esfuerzo conjunto y una transformación radical en la forma en que concebimos y practicamos el turismo en nuestro país. Es hora de actuar con determinación y liderazgo para salvaguardar no solo la industria turística peruana, sino también el precioso legado natural y cultural que nos enorgullece como nación.