- La Dra. Milagros Ordinola, especialista en psicología de la UCV, brinda consejos prácticos para poder superar un ataque de pánico.
Los ataques de pánico no ocurren tan al azar como puede parecer; estos tienen una lógica, un mecanismo desde su origen, formación, hasta condicionamiento, los cuales son muchas veces rápidos y no entendibles en primera instancia.
En el presente artículo, la Dra. Milagros Ordinola, docente de la Escuela de Psicología de la UCV, campus Ate, señala que se debe practicar y adquirir habilidades de respiración, de relajación diafragmática, y manejar pensamientos distintos que calmen ese momento de desesperación.
“El ataque de pánico, en cualquiera de sus manifestaciones, hay que evaluarlo y diagnosticarlo según los factores asociados, intervinientes y consecuentes”, expresó la especialista en psicología.
Además, la Dra. Ordinola recomendó que para poder superar un ataque de pánico se deben seguir los siguientes consejos:
- Ser consciente de lo que ocurre y decirnos a nosotros mismos: “Este es un ataque de pánico. Terminará y no voy a morir por esto”. Técnicamente, ser consciente de lo que pasa y no alterarse; es decir, ayudarse a sí mismo con instrucciones de autocontrol.
- Liberar tensión muscular, pues con la respiración superficial se puede desencadenar un ataque. La respiración profunda y los estiramientos alivian el estrés e inducen a la relajación.
- La cafeína y los estimulantes aumentan la frecuencia cardíaca y la tensión muscular. Reduzca o elimine su consumo. Con frecuencia se usa la terapia cognitivo-conductual, un tipo de psicoterapia respaldada por investigaciones para tratar el trastorno de pánico. Esta terapia enseña diferentes formas de pensar, comportarse y reaccionar ante diversos sentimientos que ocurren antes o durante un ataque de pánico.
- Identificar el nivel de pánico y con las alternativas mencionadas bajar los niveles del mismo.
Por otro lado, en el caso de necesitar medicamento, deberá ser por tratamiento y será con prescripción psiquiátrica previa evaluación y diagnóstico. Normalmente recetan ansiolíticos como benzodiacepinas, alprazolam y diazepam.
Finalmente, la Dra. Ordinola sugiere llevar terapia, pues a veces los medicamentos pueden adherirse al organismo y luego no tener el efecto deseado. “Lo mejor es continuar en terapia psicológica para manejar la situación y saber qué hacer cuando suceda”, puntualizó la especialista.