Cada primer sábado de febrero, desde el año 2004, celebramos el Día del Pisco Sour, en concordancia con todos los esfuerzos por revalorar nuestra bebida, los cuales guardan relación con la importancia de la denominación de origen del “pisco” como un destilado producido en el Perú. Algunos países que lo reconocen como exclusivo de nuestro país son Israel, Indonesia, India, Sudáfrica, Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, República Dominicana, México, Nicaragua, entre otros.
Como se recuerda, existe un debate entre Perú y Chile por la denominación de origen del pisco. El litigio ha llegado a tribunales internacionales, donde Perú ha resultado varias veces ganador. Uno de los últimos casos se produjo en la India, el 2019, cuando este país resolvió darle a Lima los derechos exclusivos sobre la denominación de origen a la bebida producida en el Perú.
Con el paso de los años, el pisco sour se ha vuelto parte de la identidad nacional del peruano. Ya sea para celebrar un triunfo de la selección peruana de fútbol o para festejar el Día de la Canción Criolla, esta bebida siempre está presente. Se volvió tan indispensable y tradicional como degustar un buen ceviche.
Por esa razón, el pisco sour fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2007 por el Instituto Nacional de Cultura (INC) y se decretó el primer sábado de febrero de cada año como su día conmemorativo. A puertas de una nueva celebración, te contamos cómo disfrutar doblemente de un delicioso pisco sour y responderemos la pregunta: ¿En qué lugar lleno de historia se puede tomar un buen pisco sour?
El Mgtr. Roberto Huanca, docente de la Escuela de Administración en Turismo y Hotelería del Campus Callao de la Universidad César Vallejo (UCV), explica la trascendencia histórica y cultural de nuestro primer puerto y su relación con nuestra bebida de bandera.
“Aunque, según la costumbre popular, el pisco sour apareció por primera vez en 1920, en el desaparecido bar Morris, el cual se encontraba en la calle Boza (actualmente Jirón de la Unión), la forma en que se prepara hoy fue establecida en 1993, en el Maury Hotel. Con el paso de los años, el tradicional puerto de Callao se ha convertido en un punto de encuentro importante para los amantes de nuestra bebida nacional”, explica Roberto Huanca.
“En esta zona se asentaron pueblos preíncas dedicados a la pesca y durante el Virreinato (siglos XVI-XVIII) fue el principal apostadero naval de Sudamérica y resistió ataques de piratas holandeses e ingleses. En 1857, con la llegada de la República, fue nombrado Provincia Constitucional. Sus calles son un homenaje a la historia del país donde resaltan casonas con balcones, iglesias y una fortaleza contra piratas. Entre los atractivos de la bahía esta La Punta, el distrito más pequeño del Perú, un balneario de casonas de trascendencia histórica y arquitectónica, donde se puede beber el exquisito pisco sour”, reitera el docente de la UCV.
Otro de los lugares a visitar en la provincia es Chucuito, barrio construido por inmigrantes italianos que levantaron casas de madera similares a las de aldeas sicilianas o napolitanas donde también existe esta emblemática bebida.
Por otro lado, si hablamos de los bares tradicionales del Callao, estos cuentan con una barra que separa al público del personal de trabajo, una zona dotada de maquinaria, cristalería y materiales necesarios para la preparación de los tragos y las culinarias a vista del cliente. Estos establecimientos se especializan en tener algo importante que los singulariza: puede ser un trago, el servicio, la decoración o algún otro elemento en juego. Entre los establecimientos más sobresalientes del Callao se encuentran los siguientes:
- Restaurante El Cebiche del Rey, en la av. Óscar R. Benavides 4869.
- El Colorao de Chucuito, en la calle Titicaca 671 A.
- El Mirador, malecón Figueredo 110, La Punta.
- Don Francisco, Cañete 137.
- Tanta Nacionales, av. Elmer Faucett, Espigón Nacionales s/n.
- El Frontón, malecón Pardo, 180, La Punta.
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