El cuidado del planeta y los permanentes cambios en la economía de cada país, permiten buscar optimizaciones de los distintos usos de la tecnología. En tal sentido, IoT, un sistema basado en las comunicaciones de dispositivos entre ellos mismos y también al uso de la internet, ayuda al ser humano a utilizar la tecnología de manera racional y cuidando al medio ambiente.
Protocolos de comunicación para redes de ciudades inteligentes permiten que dispositivos –sin detenerse y sin peligro– intercambien datos, resolviendo problemas de ciberseguridad. Y bajo la concepción de ciudad inteligente se entiende la aplicación de tecnologías de la información para el control de ciudades urbanas o rurales.
El objetivo de las ciudades inteligentes es hacer que la vida de las personas se mantenga confortable y sin peligro, pero a la vez busca economizar recursos y espacio. Un ejemplo simple es la iluminación de las calles, que automáticamente se encienden durante la falta de luz natural. Es la razón porque está compuesto de muchos elementos, entre ellos cámaras de vigilancia, sistemas de llamadas de emergencia, sistemas biométricos, servicios municipales y bancarios, transportes inteligentes y otros.
Es por eso que se deben tener las siguientes capacidades: conexión rápida, segura y sin peligro. El protocolo de comunicación con enrutamiento multi-beam adaptable para el concepto de ciudad inteligente debe estar activo. En tales redes hay ausencia de configuraciones complejas en la infraestructura y monitoreo, el cual permite a los dispositivos crear redes y conectarse simultáneamente a ellos. Este protocolo se basa en MANET (Mobile Ad Hoc Networks). Las particularidades de esta red inalámbrica es que cada nodo participa del enrutamiento a través de la transmisión de datos hacia otros nodos.
Al inicio MANET fue elaborado para redes de baja potencia como, por ejemplo, para conexiones de operaciones de rescate: así las personas pueden, operativamente, intercambiar mensajes cortos. En recientes avances de esta tecnología se ha utilizado el sistema de clases sobrantes (según modelo OSI en los IP) como también la criptografía. Durante el cifrado de la información, la llave se divide entre los dispositivos (usuarios). Para recuperar la llave y descifrar la información, es necesario que todos los usuarios muestren sus partes.
Si en algún caso involuntario se captura la información, no se podrá utilizar el fragmento capturado. Esta metodología no tiene límites, con respecto a los tradicionales sistemas de cifrado para la transmisión de información segura. Además, la solución obtenida de datos excedentes reduce la utilización de una gran infraestructura, economiza la energía y almacenamiento de volúmenes de datos.
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