La humanidad está muy lejos de haber logrado la plenitud educativa y aún falta por descubrir un proceso común para llegar a esa meta. Se vive en un mundo donde las investigaciones están a la “orden del día” y todas ellas contribuyen a una mejor interpretación de las labores emprendidas por parte de quienes se encuentran en proceso de formación para ser maestros útiles a la sociedad. De acuerdo con eso, presento está reflexión clasificada: “La práctica pedagógica investigativa”.
La investigación es un eje importante de la educación porque, con los resultados conseguidos a través de ella, los practicantes podrán convertirse en los maestros del futuro, tener capacidad de análisis, síntesis, abstracción, indagación, argumentación, juicio crítico, entre otros (Meregildo et al., 2020). La generación de una cultura investigativa -desde niveles de pregrado- es necesaria porque así se garantiza un grupo significativo de maestros que dará respuesta a muchos conflictos educativos que adolece la sociedad actual. Más, todavía, tratándose de maestros, es muy necesaria y pertinente (Córdova, 2015 citado por Meregildo et al., 2020).
Se debe resaltar que la investigación es concebida como un proceso sistémico continuo de estrategias y acciones orientadas a favorecer el aprendizaje y desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes. Todo ello necesario para poder desempeñarse con éxito en las actividades educativas, en el desarrollo y la innovación; de esta manera, se garantiza la solución de problemas propios de la realidad educativa a partir del despliegue de competencias y habilidades propias de un profesional universitario con una cultura investigativa que le permita afrontar estos retos (Chiriguaya, García & Garcés, 2018, citado por Meregildo et al., 2020).
A nivel nacional (Perú), igual que en otros países, se está priorizando la competencia investigativa; por lo menos, desde el punto de vista normativo. “Todo estudiante se titula con un informe de investigación” (Ley Universitaria N.° 30220, 2014), lo cual implica elaborar un proyecto, aplicar la metodología de la investigación y obtener unos resultados que den cuenta de sus hallazgos. Además, la investigación realizada en instituciones de educación pedagógica tiene un gran propósito: contribuir a la solución de problemas nacionales, regionales, locales y urgentes con el fin de crear conocimientos, atender la problemática detectada o mejorar la práctica docente (Minedu, 2009).
Sin embargo, su promoción y los consecuentes avances han sido bastante discretos (Minedu, 2019). Según Estrada, Córdoba, Gallegos y Mamani, (2021), existe poca literatura científica que evidencien resultados favorables sobre las actitudes investigativas de los estudiantes de instituciones no universitarias, como los pedagógicos, por lo que se desconoce acerca de su dominio o producción en el campo científico.
La formación académica mejora la práctica educativa y fortalece las habilidades de investigación, por lo tanto, es necesario en todos los niveles del sistema educativo y las universidades asumen el desafío de crear plataformas adecuadas para el trabajo científico, esperando que contribuya a fortalecer la futura cultura investigativa de los docentes. La formación docente es parte del marco cultural, histórico y político en el que el Estado reconoce la importancia, el papel y la necesidad de los docentes para lograr el progreso nacional.
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