- El Ministerio del Ambiente declaró el estado de emergencia ambiental por 90 días en la zona afectada.
- Los pescadores artesanales y las familias de la zona se han visto directamente afectados por este nuevo desastre.
El viernes 20 de diciembre, una de las operaciones que viene realizando Petroperú en las costas de la región Piura ocasionó un derrame de petróleo afectando al ecosistema presente en las playas del distrito de Lobitos (Talara), hecho atribuible a ciertas omisiones en los controles operacionales.
Según informes preliminares, más de 10 000 m2 de área marina se contaminaron con presencia de hidrocarburos, generando grandes pérdidas de biodiversidad y la muerte de flora (micro y macroalgas) y fauna (peces, mamíferos, crustáceos y zooplancton circundante de la zona).
Para el Dr. Paolo Amaya, biólogo y docente de la Universidad César Vallejo (UCV), estos hechos contribuyen a la contaminación y destrucción del hábitat, generando alteraciones en las cadenas tróficas y regulación de los climas.
“Existe un alto riesgo para la biodiversidad que es casi imposible de medir o valorar y la pérdida ecosistémica es muy preocupante. El daño de hábitats podría traer una cuantiosa disminución de especies marinas, aves y mamíferos, entre los que figuran las tortugas golfina (Lepidochelys olivacea), peces, cangrejos, delfines y otros organismos que habitan esta área”, precisó el especialista.
Pesquería artesanal en riesgo
Debido a la gravedad de este nuevo desastre en el mar, el Ministerio del Ambiente (Minam) declaró el estado de emergencia ambiental por 90 días a la zona afectada, que va desde la misma Refinería de Talara hasta la playa Cabo Blanco.
Otra consecuencia negativa que trae el derrame de petróleo, según el especialista de la UCV, es la afectación a la pesquería artesanal de la zona, sobre todo por la disponibilidad del recurso hidrobiológico que sustenta dicha actividad.
“Solo en esa actividad productiva hablamos de la pérdida de alrededor de 120 a 150 soles diarios por tipo de especie que se deja de comercializar localmente”, afirmó el Dr. Amaya.
Finalmente, comentó que esta situación pone de manifiesto la necesidad de un manejo más riguroso de los recursos naturales y de políticas que prioricen la protección del medio ambiente y de las comunidades locales.
“Es necesario el apoyo urgente para las familias afectadas y un plan a largo plazo que garantice la restauración de los ecosistemas dañados con ayuda de tecnología y monitoreo permanente”, señaló.