El 10 de septiembre de cada año, se celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de generar la concientización en la población sobre este delicado tema.
Cuando se habla de suicidio, nos referimos a un problema social que afecta a la salud pública y, a pesar de su importancia, es un tema descuidado, rodeado de mitos, tabúes y estigmas, pues no solo afectan gravemente a los individuos, sino a las familias y comunidades.
La pandemia de la COVID-19 ha generado un alto impacto en la salud mental de las personas al ocasionar distanciamientos, pérdidas de seres queridos, cambios drásticos en la rutina, dificultades económicas, la forma como nos relacionamos con los demás y un clima de preocupación e incertidumbre, lo cual se ha convertido en un indicador de aumento de casos de suicidios; por ello, vamos a conocer las pautas para intervenir y prevenir las conductas suicidas, según el Ministerio de Salud (Minsa):
Factores de riesgo del suicidio: Antecedentes familiares de suicidio, violencia familiar y/o en el entorno social, conducta suicida previa (intento de suicidio), enfermedad, discapacidad o dolor crónico, trastornos mentales previos y consumo de alcohol y drogas.
Factores de riesgo en tiempo de la COVID-19: El pensamiento negativo o pesimista sobre su futuro, desesperanza por pérdida de trabajo, disminución de los ingresos o inestabilidad económica, duelo por la pérdida de un ser querido, dificultades académicas o para continuar estudios, falta de apoyo social, adicciones como la ludopatía y ciberadicción y la menor posibilidad de realizar actividades recreativas y placenteras.
Es importante destacar que los factores de riesgo mencionados son diversas situaciones que la persona tiende a afrontar en su día a día, por lo cual es importante conocerlas e identificarlas y brindar las recomendaciones para prevenir y mejorar la calidad de vida de la persona que pueda sentirse mal.
Factores protectores para contrarrestar los riesgos
- Sólidas relaciones personales: Aumenta la capacidad de recuperación individual.
- Cohesión social: Incentiva a desarrollar sentimientos de seguridad, compartir valores y fomentar relaciones personales estrechas y duraderas.
- Creencias religiosas o espirituales: Dan sentido y propósito en la vida.
- Prácticas positivas de afrontamiento y bienestar: Son técnicas para evitar o disminuir conflictos, relajarnos, analizar la situación desde diferentes perspectivas, confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades, reconocer nuestros límites y pedir ayuda.
- La estabilidad emocional y el optimismo: Ayudan a hacer frente a las dificultades de la vida.
- Modos de vida saludable: Ayudan a tener un manejo eficaz del estrés y generar relaciones sociales sanas.
- Redes de apoyo y recursos de la comunidad: Ofrecen soporte y orientación.
- Ministerio de Salud: Línea 113 opción 5. Brinda orientación y consejería gratuita en salud mental. A través de ella, recibirás apoyo y soporte emocional las 24 horas del día.
- Centros de Salud Mental Comunitaria del Ministerio de Salud (Minsa).
- Teléfono ANAR Perú: 0800-2-2210. Línea confidencial y gratuita. Brinda orientación psicológica, escucha y ayuda social y legal a niñas, niños y adolescentes.
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