En un panorama económico en constante cambio, la educación financiera emerge como una herramienta crucial para proveer a los ciudadanos los conocimientos y las habilidades necesarias para la toma de decisiones sobre las finanzas personales.
Para la Dra. Lita Cervantes Mendoza, economista y docente de la Universidad César Vallejo (UCV), la educación financiera es más que un simple proceso, es una vía hacia una autonomía económica más sólida.
“Este conocimiento trae varios beneficios como la capacidad mejorada para gestionar el dinero y el presupuesto personal o familiar, reduce la probabilidad de endeudamiento irresponsable y, a su vez, fomenta la inversión y el ahorro adecuado. Además, empodera a las personas a tomar decisiones informadas en cuestiones financieras, lo que a su vez reduce la ansiedad y el estrés relacionados con el dinero”, mencionó la Dra. Cervantes.
La economista indicó que la educación financiera se debe enseñar desde temprana edad en colegios, institutos y universidades, sitios que desempeñan un papel fundamental en la formación de conocimientos de los ciudadanos. Pero bajo esa misma línea, también lo deben hacer las instituciones financieras, organizaciones sin fines de lucro y expertos en finanzas, así como los gobiernos y las municipalidades.
“La educación financiera no solo beneficia a individuos, sino que también tiene un impacto social. Las personas experimentan autonomía financiera y menos estrés, mientras que las familias logran estabilidad y planificación a largo plazo, evitando conflictos relacionados con el dinero”, resaltó la docente de la UCV.
En el Perú, el desarrollo de planes de educación financiera para niños y jóvenes se vuelve imperativo. Este conocimiento permitirá a las futuras generaciones elegir productos financieros adecuados, elaborar presupuestos efectivos y comprender los riesgos que conllevaba una mala gestión administrativa. “Solo el 28 % de los adultos peruanos han ahorrado en instituciones financieras en el último año. Sin embargo, un enfoque en la educación financiera podría cambiar estas cifras de manera significativa”, indicó la especialista.
“La educación financiera no es solo un medio para un fin económico, sino una herramienta fundamental para la autonomía y el éxito en la vida moderna. De hecho, tiene un enfoque renovado en enseñar a las generaciones más jóvenes a comprender y administrar sus recursos. El camino hacia un futuro financiero más seguro y estable se vuelve accesible para todos”, finalizó la Dra. Lita Cervantes.
Educación financiera en el mundo
A nivel global, una encuesta del Banco Mundial reveló que solo el 33 % de la población participa en el ahorro formal en instituciones financieras. América Latina se enfrenta a cifras similares, con solo el 14 % de los adultos ahorrando en instituciones financieras. En el caso del Perú, alrededor del 70 % de los adultos tienen una cuenta bancaria, pero solo el 28 % ha ahorrado en el último año.
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