Si por un momento recordamos a la maestra llamando la lista de asistencia en el colegio, de seguro nos van a sonar apellidos como estos: Abanto, Alayo, Barrenzuela, Bazán, Carranza, Chávarri, Dávalos, Echeverría, Galarreta, Garay, Herencia, Ibáñez, Jáuregui, Larrea, Lizarzaburu, Malpica, Mariátegui, Mendoza, Narváez, Navarro, Ochoa, Olano, Pascual, Placencia, Quintana, Reategui, Reynoso, Salaverry, Salinas, Solano, Ugaz, Ureña, Unzueta, Vela, Vergara, Verástegui, Yparraguirre, Yriarte, Zavaleta, Zelada. Nuestra mente nos llevó a los momentos vividos en la escuela o universidad, se nos dibujó una sonrisa en el rostro recordando a viejos compañeros o quizá usted tenga uno de estos apellidos.
Aquí viene un detalle que quizá no conocía: todos los mencionados anteriormente (y hay muchos otros más) son apellidos de origen vasco. Sí, existen más de 7,5 millones de peruanos descendientes directa o indirectamente de vascos. Esto representa el 22,7 por ciento de la población, casi un quinto. En América suman más de 71 millones las personas con apellidos de origen vasco. Ahora ya sabe de la existencia de una gran población de origen vasco. Los vascos y sus descendientes están dispersos por todo el mundo, se les llama la Diáspora Vasca. Y para hablar de ella es necesario entrar en la historia y también en la mitología y así entender el origen y naturaleza de un pueblo milenario, un pueblo indígena que ha preservado su identidad a través de los siglos. Entonces, ¿quiénes son los vascos? Son el único pueblo prerromano existente en la península ibérica que sobrevivió a la conquista romana (siglos III- I a.C.) y también a la expansión de los indoeuropeos en Europa (a partir del 2500 a.C.). Actualmente, las siete provincias que conforman Euskal Herria (País Vasco) se encuentran en el norte de España, en la Comunidad Autónoma Vasca (Vizcaya, Guipúzcoa, Álava), Navarra y en el suroeste de Francia (Lapurdi, Zuberoa y Nafarroa Beherea), que mantienen tradiciones, costumbres y un lenguaje propio. Fue en los viajes de Colón que llegaron los primeros vascos a América, conocidos por ser marineros intrépidos y aventureros. Es así que a partir del siglo XVI llegan oleadas de vascos a América enlistándose en las campañas de descubrimiento y conquista, siendo partícipes de los acontecimientos históricos que conocemos. Aportaron con sus artes y saberes como arquitectos, artesanos, contadores, comerciantes, escultores, ganaderos, mineros, pintores, entre otros, en las nacientes ciudades de la costa para luego mudarse con sus familias a la sierra continuando con sus actividades y organizándose en grupos.
Han pasado los siglos de esos sucesos y se fue perdiendo el rastro de estas singulares personas, tanto así que desconocemos el origen de nuestros ancestros y apellidos. Esto fue la motivación para que Wilfredo Lizarzaburu y Juan Carlos Verástegui, miembros del Centro Vasco de Trujillo (Trujilloko Euskal Etxea en euskera), realizaran investigaciones y estudios sobre el pueblo vasco, la migración vasca y su influencia en la historia de Perú y América presentando a la comunidad trujillana el libro Saregintzan... tejiendo redes entre vascos.
La dedicatoria menciona: “Este libro está dedicado a aquellos vascos, hombres y mujeres que un día dejaron sus casas para cruzar el mar en busca de una mejor vida en América, legándonos un nombre y raíces. A todos los que, motivados por el legítimo derecho de conocer, decidimos investigar e informarnos acerca del origen del maravilloso legado que es nuestro apellido, nuestros ancestros y que un día nos encontramos para trabajar juntos, congregando a otros descendientes vascos para mantener vivo el espíritu de identidad cultural para transmitirlo a nuestros descendientes”. Y ese es el sentir de la obra que relata la historia del pueblo vasco desde sus orígenes, costumbres, mitos, lengua y los motivos que tiene la diáspora vasca para seguir existiendo apegada a la tierra que los vio nacer en América sin olvidar los vínculos intrínsecos con las raíces de los ancestros allende el mar en Euskal Herria.
Elegimos llamarle Saregintzan, palabra en euskera que significa entre redes o tejiendo redes y capta el propósito que tiene el Centro Vasco de Trujillo de ser el gestor en tejer una red de contactos con los centros vascos dispersos en América y el mundo con el propósito e interés común de encontrarnos, compartir conocimiento, cultura, integración y servicio, con un sentimiento de responsabilidad y compromisos con nosotros mismos y la comunidad. Así pretendemos lograr tejer una red sostenible de personas que nos una, salvando las distancias y generando el sentimiento de pertenencia y fortalecer el desarrollo de una diáspora unida con nuevas líneas de acción y oportunidades.
¿Quieres saber más sobre el origen del apellido vasco que llevas? Te invitamos a leer Saregintzan... tejiendo redes entre vascos para que descubras más sobre ello.
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