La Inteligencia Artificial (IA) ha sido capaz de integrar aspectos importantes en nuestra vida cotidiana, social, educativa y económica. Desde hace varios años se habla de dispositivos móviles que poseen asistentes personales para facilitar búsquedas y otros recursos. A nivel tecnológico, los algoritmos en redes sociales han marcado la diferencia, todos estos sucesos permiten revolucionar las formas y maneras de vivir, porque ahora todo está interrelacionado, es decir, la IA está directamente relacionada en entornos laborales, educativos -en todos sus niveles- y hasta para interactuar con personas en el mundo. Sin embargo, todo lo mencionado puede ocasionar repercusiones psicológicas en la salud mental.
Se ha demostrado que el uso y abuso de la tecnología (tecnoadicciones) y del sistema de IA pueden conducir a las personas a desencadenar cuadros de adicción, ansiedad, aislamiento social y hasta depresión, afectando su salud mental y bienestar. Por ello debemos ser conscientes de los riesgos potenciales al usar esos sistemas. Es importante tomar medidas para evitar repercusiones psicológicas negativas.
Sin embargo, estas aplicaciones de IA pueden ayudarte a desarrollar nuevas destrezas, mejorar tu vocabulario o adquirir nuevos conocimientos mediante sesiones de tutoría, algo muy útil y beneficioso sobre todo para la educación, pues permite preparar a los jóvenes para escenarios académicos/profesionales y para su crecimiento personal. Y no solo eso, sino que ahora la IA es capaz de “Descodificar las emociones”, es decir, sirve precisamente para estudiar, analizar y desarrollar herramientas informáticas basadas en el reconocimiento y la generación de emociones normalmente atribuidas a los seres humanos. Este avance tecnológico puede ser insertado entre las herramientas para el proceso de intervención en psicoterapia y trabajar con mayor eficacia en contextos clínicos y no clínicos.
De hecho, existen varios programas informáticos capaces de comprender las emociones y los estados cognitivos de las personas mediante el análisis de las expresiones faciales, las miradas, los gestos y el tono de voz. De este modo, la máquina no solo reconoce si estamos contentos, tristes, cansados o serenos, sino también aprende los datos asociados a las emociones y es capaz de replicarlos.
Algunas recomendaciones para uso correcto de la tecnología y aplicaciones de la IA:
- Establecer límites, así se evitarás posibles adicciones.
- Mantenernos al día sobre los últimos avances en IA para comprender cómo funciona y aumentar la confianza en estos sistemas.
- Utilicemos la IA de forma responsable, eso significa ser consciente de sus limitaciones y posibles sesgos.
- Promovamos el uso ético de la IA con garantías para proteger la privacidad, la autonomía y otros valores importantes.
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