La innovación y las ciudades inteligentes son un tema crucial en la actualidad. Las ciudades del futuro se están transformando digitalmente para hacer frente a los desafíos ambientales y socioeconómicos que enfrentan.
Las ciudades inteligentes o "smart cities" se caracterizan por el uso de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para automatizar y controlar edificios, optimizar la movilidad urbana, el transporte público y gestionar de manera eficiente los distintos recursos, como la energía y los residuos.
Innovación, sostenibilidad y humanidad
Estas tres variables permiten reducir el consumo energético, disminuir las emisiones de CO2 y mejorar el bienestar de los ciudadanos. Entre las ciudades más innovadoras del mundo se encuentra Beijing, donde se utiliza una tarjeta virtual para gestionar la identidad de los ciudadanos; además, cuenta con un sistema de transporte renovable que funciona con rutas diagonales y alumbrado LED. También emplea contenedores inteligentes para la gestión de residuos, entre otros avances tecnológicos de alto impacto mundial. Sin embargo, los desafíos siguen siendo importantes.
Cada día, más de 180 000 personas se trasladan a vivir a las ciudades, lo que genera presión sobre los recursos y la infraestructura. Además, las metrópolis ya consumen más del 75 % de la energía mundial. Las oportunidades radican en aprovechar las tecnologías emergentes, como el 5G, los drones conectados y el big data, para gestionar de manera más eficiente y sostenible las ciudades. Eventos como el Congreso Mundial de Ciudades Inteligentes impulsan la innovación en este ámbito.
Las bases de la ciudad inteligente son cuatro:
- Las TIC: contribuyen a gestionar los servicios públicos y las infraestructuras de la ciudad de forma inteligente.
- La eficiencia: impacta en el ámbito energético, la movilidad, los servicios públicos, la educación y la sanidad. Las ciudades inteligentes estimulan la administración electrónica para facilitar trámites públicos, la digitalización de la información, la conectividad de su territorio y la integración de los servicios digitales.
- El desarrollo sostenible: se enfoca en la eficiencia para satisfacer necesidades económicas, laborales, sociales e incluso vitales para sus residentes. Ello sin comprometer la cultura, el medioambiente y la diversidad de las ciudades.
- La integración de infraestructuras: es importante la integración de las telecomunicaciones, los suministros de agua o luz, el transporte, la gestión de residuos, los edificios dedicados a la seguridad o sanidad, de tal forma que actúen de manera inmediata ante posibles incidencias o necesidades de la propia ciudad y reaccionar con antelación y precisión.
Desafíos y oportunidades
Si bien la transición hacia una ciudad inteligente conlleva desafíos, como la inversión en infraestructura y la capacitación de los ciudadanos, las oportunidades son enormes. Mejoras en la eficiencia energética, la movilidad y la seguridad pueden impulsar el desarrollo económico y mejorar la calidad de vida de los residentes.