En el vasto panorama de la gastronomía mundial, el Perú se destaca por su diversidad culinaria y riqueza cultural. Esta posición privilegiada, fruto de siglos de tradición y fusión de influencias, requiere de mecanismos de protección y promoción que aseguren su continuidad y reconocimiento global. En este contexto, el registro de Especialidades Tradicionales Garantizadas (ETG) surge como una herramienta fundamental para salvaguardar y potenciar el legado gastronómico peruano.
Las ETG son un registro de platos típicos en el que se garantiza la tradicionalidad del mismo y su transmisión generacional por más de veinte años, estipulado bajo un marco legal que protege el proceso de elaboración y las recetas tradicionales. A diferencia de las Denominaciones de Origen o las Indicaciones Geográficas, que vinculan un producto a un territorio específico, las ETG se centran en el método de producción y la composición del producto, independientemente de su origen geográfico. Esta característica la convierte en un instrumento ideal para proteger la autenticidad de platos y productos que, si bien son emblemáticos de la cocina peruana, pueden ser elaborados en diferentes destinos, siguiendo la receta registrada en el Indecopi para no perder la tradicionalidad de su preparación.
Su implementación y promoción en el Perú conlleva múltiples beneficios que trascienden el ámbito meramente culinario, al contribuir significativamente a la preservación del patrimonio cultural inmaterial. La gastronomía, como una manifestación viva de la identidad de un pueblo, encuentra en las ETG un aliado para su transmisión generacional. Al establecer estándares y especificaciones claras sobre la elaboración de un producto o plato tradicional, se asegura que los conocimientos y prácticas ancestrales no se diluyan en el tiempo ni se desvirtúen por presiones comerciales o tendencias pasajeras.
Desde una perspectiva económica, su registro puede catalizar el desarrollo local y regional. Al otorgarse un sello de calidad y autenticidad a productos específicos, se genera un valor agregado que puede traducirse en mejores precios y una mayor demanda. Esto incentiva a los productores a mantener y mejorar sus estándares de calidad, creando un círculo virtuoso de desarrollo económico y preservación cultural, ya que los consumidores valoran la autenticidad y la trazabilidad en la preparación de los alimentos.
La experiencia gastronómica, un rubro en constante crecimiento, también se beneficia sustancialmente de la implementación de las ETG. Los productos y platos registrados se convierten en recursos turísticos por derecho propio, ya que fomentan el diseño de experiencias culinarias auténticas.
En materia de investigación e innovación, el proceso de registro puede estimular estudios más profundos sobre las técnicas culinarias tradicionales, los ingredientes autóctonos y su impacto nutricional. Este conocimiento puede ser la base para innovaciones en la industria alimentaria, farmacéutica o cosmética, abriendo nuevas vías de desarrollo económico, basándose en la biodiversidad y el saber ancestral peruano.
Sin embargo, la implementación efectiva de un sistema de ETG en Perú no está exenta de desafíos. Uno de los principales retos es la necesidad de una campaña de educación y sensibilización, tanto para productores como para consumidores. Es fundamental que se comprenda su valor y significado, así como los beneficios que conlleva toda la cadena de valor. Esto implica un esfuerzo coordinado entre instituciones gubernamentales, asociaciones de productores, chefs, académicos y medios de comunicación.
En conclusión, el registro de Especialidades Tradicionales Garantizadas no es solo una medida de protección cultural, sino también una estrategia integral de desarrollo económico y social. Representa un compromiso con la autenticidad, calidad, tradición y valores que resuenan cada vez más en un mundo globalizado. Es un llamado a la acción para que todos los actores involucrados trabajen en conjunto para salvaguardar y promover el inmenso patrimonio gastronómico peruano. Al hacerlo, no solo se preserva un legado cultural invaluable, sino que se sientan las bases para un futuro donde la tradición y la innovación coexistan en armonía, impulsando el desarrollo sostenible y proyectando la identidad peruana al mundo a través de su cocina excepcional.