En la dinámica economía peruana, la transformación digital se ha posicionado como un imperativo para las empresas que buscan mantenerse competitivas en un mercado globalizado y digitalmente conectado. Según datos del Ministerio de la Producción de Perú, más del 70 % de las empresas en el país consideran que la digitalización es una prioridad estratégica para los próximos años, reconociendo su potencial para mejorar la eficiencia operativa y alcanzar nuevos mercados.
Esta tendencia no solo se limita a grandes corporaciones, sino que también está ganando terreno entre las pymes. Según un estudio de la Cámara de Comercio de Lima, más del 60 % de las pequeñas y medianas empresas en el país están implementando tecnologías digitales para optimizar sus procesos internos y fortalecer su capacidad de respuesta ante las exigentes demandas del mercado.
Por otro lado, la adopción de herramientas digitales está transformando profundamente la manera en que se toman las decisiones empresariales en Perú. Asimismo, la disponibilidad de datos en tiempo real permite a los directivos tomar decisiones más informadas y rápidas, mejorando la agilidad y la capacidad de adaptación de las organizaciones frente a cambios inesperados en el entorno económico y competitivo.
Además, la transformación digital está impulsando mejoras significativas en la experiencia del cliente junto con la implementación de estrategias de marketing digital y personalización de servicios. Las empresas peruanas están logrando no solo retener a sus clientes actuales, sino también atraer nuevos segmentos de mercado que anteriormente podrían haber sido inaccesibles.
No obstante, el proceso no está exento de desafíos. La seguridad cibernética y la protección de datos son preocupaciones crecientes para las empresas que están digitalizando sus operaciones. Según la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat), el aumento en los ataques cibernéticos en el país ha motivado una mayor inversión en infraestructuras y políticas de seguridad para proteger la información sensible de los clientes y las empresas.