Es un hecho ya muy estudiado que la investigación en ciencia y tecnología es la que más impacta en el desarrollo de un país. Los indicadores de la National Science Board muestran que en los países donde más investigación se lleva a cabo, como en los países europeos y los EUA, casi el 30 % de las publicaciones de artículos científicos son del área de ciencia y tecnología (específicamente en ingenierías, computación, física y química), solo después de las publicaciones en medicina y biología (en EUA, estas alcanzan el 46 %, mientras que en Europa llegan al 39 %).
En la India, las publicaciones en ciencia y tecnología alcanzan el 60 %, mientras que las publicaciones en medicina llegan al 24 %. En Japón, las publicaciones en ciencia y tecnología alcanzan el 46 %; pero en China, este rubro incluso supera al de medicina, llegando a acercarse al 63 %, mientras que las investigaciones en medicina y biología alcanzan un 22 %.
Por otro lado, se puede observar que en Europa y EUA las publicaciones en ciencias sociales, psicología y humanidades no superan el 7 %, mientras que en las potencias asiáticas mencionadas este rubro no supera el 1 % de sus publicaciones. Esto contrasta fuertemente con los países latinoamericanos, donde las humanidades, las ciencias sociales y campos relacionados son las preferidas, y el porcentaje de sus publicaciones supera claramente la cantidad de publicaciones en ciencia y tecnología.
En el Perú, un estudio realizado a lo largo de más de una década de publicaciones de una universidad privada de Lima (que podría considerarse representativa de toda la comunidad universitaria peruana), muestra que cerca del 55 % de las publicaciones eran en medicina y biología, las del rubro de ciencias sociales, psicología y relativas llegaban casi al 30 %, mientras que las publicaciones de ciencia y tecnología no alcanzaban ni el 10 %, aproximadamente.
En los últimos años se ha producido un aumento de las publicaciones en las universidades peruanas gracias a las acciones de promoción de la investigación científica que se han implementado; sin embargo, las tendencias indican que sus efectos positivos se observan en el rubro de las ciencias sociales y áreas relacionadas, mientras que las publicaciones de los rubros de ciencia y tecnología no se han incrementado de la misma manera.
Pero, ¿a qué se debe esto? En gran parte, a la falta de priorización de la promoción de las áreas de investigación que conlleven un impulso concreto en el desarrollo del país. En primer lugar, el abordaje de la investigación se ha basado en los aspectos formales de las humanidades y en los métodos estadísticos, que son adecuados para las ciencias sociales e, incluso, para las áreas de medicina y biología, pero que no son los más apropiados para las investigaciones en ciencia y tecnología que buscan logros realmente innovadores y originales en estos campos. Esta orientación inadecuada proviene de la dificultad que implica enfocar óptimamente las investigaciones del área de ciencia y tecnología, que involucran procesos de gran complejidad. Por un lado, requieren una implementación lenta que consume mucho tiempo: las investigaciones en estas áreas se construyen sobre plataformas teóricas que se consiguen a partir de investigaciones de carácter básico que no tienen una aplicación práctica a corto plazo y, por otro lado, requieren fuertes inversiones económicas que involucran no solo al sector público, sino también al sector privado.
Todo esto necesita además de un modelo universitario donde las acciones y planes de investigación científica no se limiten al nivel de pregrado, sino que conviertan a los programas de posgrado en los líderes de las actividades de investigación, tal como ocurre en los países que ya han logrado el desarrollo basándose en la ciencia y la tecnología.
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