En los últimos días hemos visto, por los diferentes medios de comunicación, noticias de un recorte en la proyección del PBI para este año 2023 por los entes especializados. El Ministerio de Economía disminuyó de 2.5 % a 1.1 %, y el BCRP de 2.2 % a 0.9 %. Aparentemente estas “mínimas” variaciones en las proyecciones no deberían causar tanta preocupación en las personas. ¿Pero es realmente así?
Para entender la verdadera repercusión de este descenso, debemos definir el Producto Bruto Interno (PBI). Este es el valor de los bienes y servicios finales producidos durante un período de tiempo en un país, en otras palabras, es la producción realizada por todas las personas que residen en el Perú. Al disminuir el PBI, podemos inferir que habrá menos productos que comprar, en consecuencia, las empresas ofertan menos empleo y, por lo tanto, los trabajadores tendrán menos dinero.
Los países que han experimentado desarrollo económico a través de la historia requieren como condición tener crecimiento económico sostenido. Como mencionamos, esto se mide a través del PBI. Lo siguiente se puede explicar si imaginamos que la producción de un país se reduce solo a la producción de tortas; si tenemos más ingredientes, entonces podremos hacer más tortas y alimentar a más personas. Por ello es importante un crecimiento en la producción.
Según el BCRP, entre enero y julio del presente año, se registró una disminución en el PBI de 0.6 %, esto se explica con la contracción en varios sectores económicos: agropecuario (-3 %), pesca (-33.8 %), manufactura no primaria (-8.4 %) y construcción (-8.9%). entre otros. Pero se obtuvo un aumento en la minería metálica (12.1 %).
Las causas de esta disminución del PBI son diversas. Se pueden considerar en ellas los efectos de El Niño Costero, la veda de anchoveta, la disminución en proyectos privados de construcción y obras públicas, entre otras. Todo esto aunado a la inflación generada por las políticas económicas dadas por la pandemia y la inestabilidad política que afecta el nivel de inversión privada, que se estima para el 2023 en una contracción de 5.3 %.
En conclusión, la disminución del PBI significa menor producción, empleo y recaudación tributaria, con la evidente consecuencia de un deterioro en la calidad de vida de las personas, por lo que debemos revertir aquellas amenazas en las cuales tenemos influencia directa como: mejorar la calidad educativa; reformar el poder judicial, tener instituciones públicas independientes y meritocráticas que garanticen la inversión privada y el crecimiento económico.
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