La revista The Economist en su último informe hace referencia a la calidad democrática mundial durante el año 2022 y nos previene sobre su deterioro en los países de América Latina; considera al Perú como un régimen híbrido, el cual tiene características autocráticas y democráticas, es decir, de haber sido una democracia defectuosa, ahora estamos camino a una dictadura.
En la lista global de democracia, vemos los puestos de algunos países latinoamericanos: Uruguay (11) y Costa Rica (17) se consideran democracias completas; Argentina (50) y Colombia (53) son democracias defectuosas; Perú (75) y El Salvador (93) pertenecen a regímenes híbridos; Cuba (139) y Venezuela (147) son regímenes autoritarios. El Salvador ocupó el puesto 79 en el 2021 al caer 14 puestos para el 2022.
Una frase común es: “El fin justifica los medios”, la cual nos da a entender que las personas están dispuestas a aceptar determinados actos con la finalidad de conseguir un “objetivo mayor”; en política esto tiene relevancia al ser violencia política, discriminación racial, delincuencia común, disminución de la pobreza, corrupción, entre otros, los que son utilizados para justificar acciones injustificables en una democracia.
El Salvador ejemplifica lo expuesto al caer en la lista por tercer año consecutivo: en el año 2019, Nayib Bukele es elegido presidente para conseguir el “objetivo mayor”, combatir a las pandillas y la corrupción. El Perú también paso por esto: en 1992 se dio el golpe de Estado de Fujimori para hacer frente a la inflación y el terrorismo; ahora, en el 2023, buscamos paz social y gobernabilidad, por lo tanto, los fines son valederos.
Para conseguir estos “objetivos mayores” nos exigen sacrificar ciertos derechos, Bukele impuso el Estado de emergencia para restringir drásticamente las libertades civiles, así como obtener mayores poderes que los dados por la constitución, como su reelección presidencial para el 2024, medidas populares en su momento; vemos así la similitud con el gobierno de Fujimori y de cómo se convirtió en un régimen autoritario.
Basados en conseguir el “objetivo mayor” validado por los ciudadanos, damos también la excusa perfecta para trasgredir los controles y equilibrios que deben existir en un gobierno democrático, tentándonos a reclamar “mano dura” para dar solución a nuestros problemas a costa de nuestras libertades civiles, entregándonos al autoritarismo, inconscientes de que la cura es peor que la enfermedad.
Noticias relacionadas