Si hablamos de gestión pública en turismo, esbozamos un tema crítico en muchos países, incluido el Perú. No cabe duda de que el turismo es una industria clave para la economía peruana, especialmente para la creación de empleo e ingreso de divisas. Sin embargo, una gestión pública inadecuada del turismo puede limitar su potencial como motor de desarrollo económico.
En nuestro país, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) es el ente encargado de la gestión del turismo, el cual incluye la promoción, además de la regulación del sector. Pero, a pesar de los esfuerzos por parte del gobierno y del sector privado, aún queda mucho por hacer para que la gestión pública del turismo en el país sea efectiva.
Uno de los principales desafíos en la gestión del turismo en el Perú es la falta de planificación efectiva. Si bien existen diversas políticas y planes turísticos a nivel nacional y regional, muchas veces no se ejecutan de manera adecuada, lo que limita la eficacia de las iniciativas. Una mayor coordinación y colaboración entre diversas instituciones públicas y privadas puede contribuir a mejorar la planificación y ejecución de políticas turísticas.
Otro problema importante en la gestión pública del turismo en nuestro país es la falta de regulación adecuada en algunas áreas turísticas. Por ejemplo, en el caso de destinos turísticos naturales, como Machu Picchu, la falta de regulación en el acceso y uso de estos sitios puede llevar a una sobrecarga turística y además hacia un impacto negativo en el medio ambiente y las comunidades locales. Se necesita y urge una regulación adecuada que permita el acceso a los sitios turísticos de manera sostenible y responsable.
El turismo a nivel presupuestal no representa ni el 1 % de todo el presupuesto que tiene un gobierno regional en un año determinado. Según el MEF, en 2019, en ninguna de las regiones del país el turismo representó más del 0,5 % del total de presupuesto que un gobierno regional ejecutó.
Los presupuestos son cada vez más austeros: millón, millón y medio de soles a nivel regional. De este presupuesto, más del 70 % es destinado al pago de personal de las Dircetur y otros gastos administrativos. Así queda, en promedio, solo un 30 % para ejecución de actividades que conviertan y refuercen destinos competitivos, ordenados y seguros. Claro está, que con este 30 % (unos 40 mil soles aprox.) no es posible generar actividades ni mucho menos obras que impacten y generen real impulso en el sector.
Es por ello que desde el MEF se solicita la formulación de proyectos de inversión pública coherentemente sustentados para ampliar esa base presupuestal. Así entonces, el desafío es claro, existe hoy por hoy la necesidad de contar con personal competente y plenamente capacitado en SNIP (Sistema Nacional de la Inversión Pública) con comprobable experiencia en desarrollo del sector Turístico. Solo así podemos augurar mejores resultados en materia de gestión pública en turismo en nuestro país. De ahí la importancia de formar y concientizar a nuestros futuros profesionales en turismo de especializarse en gestión púbica y SNIP. Quién mejor que ellos para formular proyectos que realmente impacten en el sector, desde la voz autorizada del conocimiento de este.
En síntesis, la gestión pública del turismo en el Perú tiene un gran potencial para el desarrollo económico, pero aún quedan desafíos importantes por superar. La planificación efectiva y la regulación adecuada son aspectos clave que deben ser desarrollados y mejorados, con la colaboración tanto del sector público como privado, para garantizar un turismo sostenible y responsable.
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