El desarrollo digital ha impulsado a la "tecnología de automatización inteligente" como el despegue de lo que hoy conocemos como inteligencia Artificial (IA), la cual está transformando múltiples aspectos de nuestras vidas y otorgando beneficios notables para la sociedad y las empresas: desde mejorar la forma en que tomamos decisiones eficientes hasta aumentar la productividad y la comunicación en el trabajo.
En la medida que las capacidades de la IA continúan avanzando con sus grandes volúmenes de datos que recauda y sus modelos y algoritmos matemáticos que emplea, esta tecnología logra impactar significativamente en diversas aplicaciones empresariales, mejorando así la toma de decisiones de forma eficiente mediante información precisa con análisis avanzado y recomendaciones clave que ofrece. Del mismo modo, permite satisfacer la experiencia de los clientes al aumentar la atención personalizada al conocer sus gustos y preferencias, y guiar en las próximas respuestas de compra.
Pero en ese contexto, la IA nos ofrece oportunidades y desafíos como las dos caras de una misma moneda.
El abanico de oportunidades que ofrecen las capacidades de la IA beneficia a diversos campos y sectores productivos. La IA se destaca en una amplia gama de aplicaciones empresariales complejas, analiza grandes cantidades de datos para proporcionar valiosa información para la toma de decisiones. En la industria, optimiza la producción y la eficiencia energética; en la logística, reduce los costos, los tiempos de entrega y el impacto ambiental; en la educación, facilita la personalización del aprendizaje y la accesibilidad para estudiantes con diferentes necesidades. En cuanto a salud y medicina, permite diagnosticar enfermedades de manera más precisa, anticipa síntomas de enfermedades y desarrolla tratamientos personalizados a la vez que contribuye en la investigación de nuevos medicamentos. En el campo de la ciencia, permite analizar grandes volúmenes de información identificando complejos patrones con modelamientos matemáticos y simulaciones para proponer predicciones que aportan nuevos conocimientos y soluciones a diferentes problemas.
Pero por otro lado, la IA presenta desafíos significativos que han generado preocupaciones y que deben ser abordados. Uno de estos desafíos corresponde a la forma en que el sistema recibe los algoritmos en los que se van entrenando y producen un sesgo por la forma que son programados. Si un sistema IA se entrena con datos que contienen opiniones negativas, prejuicios raciales o de género, recogidas de las redes sociales, o de diversas plataformas en línea, el sistema también puede ser discriminatorio. Si los programadores no tienen en cuenta la posibilidad de sesgo en su programación, el sistema puede ser discriminatorio sin que ellos lo puedan identificar. Por lo tanto, si los datos contienen sesgos o prejuicios diversos recogidos de la sociedad, es probable que la IA también los adquiera y los emita en sus decisiones a quien pueda solicitarlo. Por ello que se requiere implementar buenas prácticas éticas para contribuir a un sistema justo en beneficio de las empresas.
Otro de los desafíos que presenta esta tecnología gira en torno a la privacidad y seguridad que se necesita en el manejo de las grandes cantidades de datos personales que se maneja y que en la mayoría de los modelos de IA son cajas negras que pueden representar desconfianza en la tecnología. Los desafíos reflejan complejidades para la adopción y desarrollo de tecnologías avanzadas en cuanto a seguridad cibernética frente a las violaciones de seguridad de datos a organismos que exponen información sensible sin la respectiva autorización.
A medida que la IA avanza surge la necesidad de controlar estos sistemas que se están volviendo cada vez más poderosos y que podrían conllevar a una nueva generación de “superinteligencia” que exige plantear mayor seguridad y control ante alguna posible generación de contenidos falsos o maniobrados, hasta la posible intervención de hackers que pueden tratar de ser convincentes al querer emplear textos argumentados, imágenes y videos disfrazados. Estas manifestaciones plantean preocupaciones éticas sobre la manipulación de información y desinformación, la creación de robots autónomos que conlleva a una inminente eliminación de empleos, lo que requiere medidas para reentrenar y apoyar a los trabajadores afectados por la automatización.
Como conclusión a lo mencionado, se hace indispensable un enfoque multidisciplinario de regulación por organismos autorizados que promueven y regulen la tecnología y los avances de la IA. Se deben tomar acciones mediante políticas y normas, garantizando que esta tecnología se desarrolle de manera ética y segura, a la vez que beneficie a la humanidad actuando bajo estándares que aporten explicabilidad y transparencia de los datos utilizados, que reconozcan la recopilación o almacenamiento de datos personales y que se puedan responsabilizar por el uso de los datos utilizados.
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