Recordando algunas frases célebres de mamá y profundizando, sin lugar a dudas encontraremos sabiduría financiera: “Si tus amigos se tiran del puente, ¿tú también lo harás?”. En esta frase podemos aprender que antes de tomar una decisión financiera como la de comprarnos un auto nuevo o un departamento de estreno, nos debemos hacer aquella pregunta de mamá, si Jaimito lo hizo, ¿yo también lo tengo que hacer? y no hacerlo simplemente porque mis amigos lo hicieron. Cada decisión que involucre dinero debe responder a nuestro plan financiero, ¿lo tenemos? Si otro se sobreendeuda o les da mal uso a sus tarjetas de crédito, ¿tú también lo harás? Si no sabes las ventajas y desventajas de usar tu tarjeta de crédito, no la uses.
Otro dicho que recordamos es cuando le pedíamos dinero para comprar algo y nos preguntaba muy seriamente: “¿Para qué lo quieres? ¿Lo necesitas?”. Y eso debemos preguntarnos antes de comprar algo que está fuera de nuestro alcance. Eso que pretendemos adquirir es necesario o solo un deseo o un capricho. En serio, muchas veces las emociones nos dominan, pero estoy convencido de que, si controláramos esos gastos innecesarios, tendríamos menos problemas. Seguramente estás pensando en comprarle el mejor regalo a mamá, pero recuerda que este debe estar dentro de nuestro presupuesto y debe ser algo que ella necesite.
“¿Quién ha dejado la luz encendida? ¡No desperdicien!”. Y ese es otro enunciado del cual debemos aprender. Si tenemos un sobrante de dinero no lo malgastemos, mejor formemos nuestro fondo de inversión. De igual manera pasa con el tiempo, no lo desperdiciemos con mucho Netflix o algo por el estilo, porque no siempre seremos jóvenes y tendremos las mismas fuerzas, más bien busquemos educarnos para elevar nuestro bienestar financiero.
Y, por último, tengo en la memoria estas palabras llenas de cariño… “¿Qué llevas puesto hijo? ¿Solo con un polo vas a salir? Ponte una camisa y una chompa que te vas a enfermar”. Y nosotros respondíamos: “Pero si no hace frío”. Ella replicaba: “Por si acaso, hijo, por si acaso”. Aquí también tenemos otra premisa financiera. Por si acaso, no solo dependamos de una sola fuente de ingreso sino busquemos otras porque qué tal si nos despiden o ese negocio ya no es tan rentable. No respondamos “pero si ya tengo un trabajo seguro, mamá”, porque eso no existe. Más bien, aprendamos a generar otras fuentes de ingresos y no nos conformemos. Por eso y más, ¡FELIZ DÍA MAMÁ!
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