Las organizaciones y las personas que representan el talento humano dependen de ellas para alcanzar sus metas, para cumplir la misión y visión de su empresa. Las personas establecen el medio que permitirá conseguir los objetivos personales, compartiendo el día a día, el costo de tiempo, el esfuerzo y la constancia.
Las empresas actuales ya no son las mismas organizaciones de ayer. En la actualidad se busca personas capacitadas que posean características y habilidades que resalten y que marquen la diferencia en la organización; de tal manera que es más complicado conseguir personas con dichas cualidades, ya que no es una tarea sencilla, porque cada persona es un mundo lleno de diferentes caracteres.
Con esta perspectiva de priorizar la gestión del talento humano se debe examinar el entorno laboral, las habilidades, competencias y destrezas que posee cada trabajador para poder pulir y potenciar su capacidad. De tal modo que no importan los años de experiencia adquirida, ya que el principal objetivo que busca lograr una organización es poder ver la productividad, calidad y cumplimiento de los objetivos de cada trabajador. La gestión del talento humano permite la comunicación entre los trabajadores y la organización, involucrando a la empresa con las necesidades y deseos de sus trabajadores, con el fin de apoyarlos, respaldarlos y ofrecerles desarrollo personal y profesional capaz de enriquecer el perfil y la motivación de cada trabajador.
En la actualidad el talento humano se podría convertir en algo indispensable para el éxito de toda organización. Se considera que no todo el personal que labora en una empresa tiene identificadas cuáles son sus destrezas, ya que muchas veces los trabajadores temen demostrar sus habilidades y capacidades por temor a ser ignorados y rechazados por el resto de sus compañeros, pues creen que no tienen la capacidad o tienen miedo de que eso repercuta en sus obligaciones.
Se debe poner en práctica un enfoque que priorice el talento humano y con ello lograr la productividad que hoy nos exige el mercado. Pero el éxito de cualquier emprendimiento depende principalmente de la flexibilidad y la capacidad de innovación que tenga la gente que participa en la organización; con ello se logrará ampliar las habilidades y no solo cubrir las carencias existentes, sino también crear nuevas oportunidades de desarrollo.
El crecimiento tecnológico y la información está conquistando todos los espacios y, por eso mismo, debemos estar preparados. Para el alcance de todas las empresas, por tanto, la única ventaja competitiva que puede diferenciar a una de otra es la capacidad que tienen las personas dentro de la organización de adaptarse al cambio. Esto se logra mediante el fortalecimiento de la capacitación y el aprendizaje continuo en las personas a fin de que la educación y las experiencias sean medibles y, más aún, valorizadas conforme al sistema de competencias.
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