- No bastan las campañas de prevención, se tiene que preparar a los peruanos en bienestar emocional.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de las Naciones Unidas (CEDAW) responsabilizó al Gobierno del expresidente Alberto Fujimori por las esterilizaciones forzadas de mujeres entre los años 1996 y 1997. En consecuencia, recomienda que el Estado peruano indemnice económicamente a las víctimas y les brinde atención psicológica.
El Mgtr. Jean Nasi Azcárate, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad César Vallejo (UCV), campus Trujillo, destaca el impacto traumático de esta experiencia en las víctimas, afectando profundamente su autoestima y bienestar. “El trauma no solo afectó a estas mujeres, sino también a sus familias”, subrayó el especialista.
Cuando el dolor continúa
Las secuelas psicológicas de estos crímenes, considerados de lesa humanidad, no se desaparecen con el tiempo. Las víctimas, a menudo, enfrentan sufrimiento, angustia, desorganización emocional y un profundo dolor físico y moral. “Es común que quienes han sufrido estos traumas experimenten frustración, aislamiento, depresión e incluso, en casos extremos, pensamientos suicidas”, señala Nasi.
Esta situación contribuye a una pérdida de valor personal que solo puede ser revertida mediante un acompañamiento psicológico adecuado y continuo.
Para ayudar a las víctimas a reconectarse consigo mismas y recuperar su bienestar emocional, el docente de la UCV destaca la importancia de brindarles atención médica, acompañamiento constante y apoyo psicológico. El objetivo es restaurar su salud emocional mediante una intervención profesional que permita a las víctimas identificar recursos clave para su recuperación y fortalecimiento personal. Este acompañamiento psicológico es esencial para sobrellevar el trauma y avanzar en el proceso de sanación.
Atención psicológica
Los servicios de salud mental desempeñan un papel fundamental en la reconstrucción del proyecto de vida de estas mujeres, ayudándolas a superar el trauma y a avanzar hacia su recuperación. Nasi Azcárate sugiere la creación y ejecución de programas de intervención que incluyan no solo terapias individuales, sino también talleres grupales y redes de apoyo comunitario, promoviendo así un entorno integral para el bienestar emocional.
En estos casos particulares, es fundamental revisar la implementación de cada programa o taller, y supervisar los resultados obtenidos en cada sesión, los cuales deben estar avalados por una comisión de especialistas con experiencia en este tipo de intervenciones. Asimismo, es crucial educar a la población sobre salud mental, ya que muchas personas desconocen sus beneficios y su importancia en situaciones de trauma profundo.