Las actitudes de un niño nos pueden dar pistas sobre la razón de su comportamiento y cómo ayudarlo a superar cualquier problema. A poco tiempo del incio del año escolar, uno de los factores que usualmente causan problemas a algunos padres de familia es la conducta de sus hijos frente a sus compañeros de escuela. Por eso, es importante detectar si un niño es un agresor en potencia o una posible víctima de acoso o bullying.
Con el propósito de orientarnos acerca de este tema, la Dra. Sandra Chafloque Chávez, magíster en terapia familiar y docente de la Escuela Profesional de Psicología de la Universidad César Vallejo (UCV), advierte las señales de alerta para descubrir si nuestro hijo es un agresor o víctima de bullying y qué acciones debemos tomar como padres.
Señales de alerta de niños agresores en potencia:
- Conducta desafiante en casa.
- Muy baja autoestima.
- Tendencia a no seguir normas.
- Carencia de empatía (no comprenden el sufrimiento ni sentimientos de los demás).
- Agresiones a sus hermanos o mascotas.
- Dificultades en sus cursos.
- En reiteradas oportunidades reciben llamadas de atención por haber insultado o agredido a un compañero.
- Tiempos prolongados frente a la pantalla que no les permiten liberar energía y los exponen a estrés.
- Dificultades en sus emociones.
- Bajo control de impulsos.
- No comprenden las consignas y se salen con la suya.
- Presentan cambios de humor de manera repentina.
- Tienden a esconderse.
- Bajo rendimiento académico.
- No quieren ir a la escuela sin razón aparente.
- Tienden a tener dolencias físicas para evitar ir a la escuela (psicomatizan sus síntomas).
- Esconden miedos.
- Tienen temores nocturnos.
- Tienen miedos anticipados.
- Inapetencia o ansiedad por comer.
- Tendencia a dormir demasiado.
- Necesitamos hacer consciencia sobre el niño que está presentando una dificultad en su conducta que debe ser atendida de manera funcional, sin poner resistencia para poder ayudarle. Esta conducta se puede cambiar y mejorar.
- Informar estos casos en la escuela para evitar exponer a sus compañeros.
- Aclarar al niño la desaprobación de su conducta y que están con él para apoyarlo y que pueda mejorar.
- Establecer el trabajo en equipo de la familia, donde todo el sistema se comprometa.
- Cambiar el estilo de vida en la familia, pues desde ahí se originan los comportamientos que generan disfuncionalidad en los niños.
- Enseñar con el ejemplo: cómo los padres tratan a las personas, la atención de nuestros desafíos y el hecho de cómo conseguir las cosas son influencias transcendentales en el comportamiento y emociones de nuestros hijos.
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