En la actualidad, la importancia de las habilidades blandas o también conocidas como soft skills son un factor relevante al momento de realizar el proceso de selección, debido a que la resolución de problemas en el entorno laboral no solo se desarrolla con la aplicación de soluciones técnicas sino también a través de una forma adaptativa a cada situación que se presente.
Frecuentemente, los colaboradores se encuentran la mayor parte del tiempo desempeñando sus labores en una oficina, donde se enfrentan a diversas problemáticas; es allí donde estas habilidades juegan un rol fundamental y, por qué no decirlo, crucial en la toma de decisiones de una organización. Este tipo de competencias se enfoca en un aspecto más emocional, como son la comunicación efectiva, trabajo en equipo, liderazgo, innovación, entre otros.
Las organizaciones no solo buscan competencias específicas sino gestionar el talento humano por medio de un nivel de comunicación de alto impacto en la cultura y clima organizacional, al lograr una visión clara de los objetivos en el cumplimiento de las actividades laborales. Existe un mercado laboral altamente competitivo en el que la clave del éxito es poseer colaboradores productivos alineados a la visión y misión de la empresa.
Poner en práctica las habilidades blandas permite adaptarse con flexibilidad a las diversas situaciones, aumenta la capacidad autocrítica, empatía y proactividad; su aplicación forma profesionales flexibles prestos a desarrollar la creatividad con una actitud positiva que les ayudará a resolver problemas.