A lo largo de la historia, la humanidad ha vivido diversos problemas en general, a nuestra generación nos tocó sufrir la pandemia originada por el COVID-19 que nos trajo un confinamiento social, lo cual ha sido difícil, especialmente para nuestros niños por el prolongado periodo de encierro.
A la fecha, estamos retornando a las aulas de clase y este regreso a la “normalidad” es fundamental para el adecuado desarrollo de nuestros hijos, ya que permite la socialización, con la cual fomentamos competencias como la comunicación, empatía, cooperación, entre otras. Sin embargo, es importante recordar las problemáticas estudiantiles que teníamos, como lo es el bullying, tema que ha vuelto a tomar notoriedad en las noticias las últimas semanas.
El bullying es violencia, lo fue ayer, lo es hoy y lo seguirá siendo. Olvidarlo o minimizarlo es algo inadmisible, ya que tampoco se le debe ver solamente como una relación de agresor y víctima, sino como un fenómeno que involucra a compañeros de estudio, padres de familia, docentes y, en general, a la sociedad.
¿Cómo pueden apoyar las familias con esta problemática?
Los padres enfrentan un gran reto debido a que el papel que desarrollan es fundamental para la educación y formación de los hijos; esta educación debe darse con afecto, comprensión y comunicación. Si se desarrolla una buena educación en la familia, se verá reflejada cuando nuestros hijos se desenvuelvan socialmente. Lastimosamente, existen familias que desconocen lo que sus hijos hacen, con quiénes se relacionan, a qué actividades se dedican en el día y si necesitan una orientación o consejo, lo cual merece un especial cuidado debido a la sobreexposición de las herramientas virtuales y tecnológicas que se encuentran al alcance de sus manos. Este estilo de crianza de tipo negligente tiene repercusiones en el desarrollo de la persona.
Frente a lo mencionado, podemos tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Dialoga y escucha a tu hijo, interésate en sus actividades, sus sentimientos y vivencias.
- Fomenta valores en tus hijos como herramienta para regular sus reacciones.
- Pon límites, reglas y normas para crear estructuras en la mente de tu niño.
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