En un análisis del desarrollo organizacional dentro de las organizaciones exitosas a nivel mundial, este proceso busca cambiar el desempeño interno y externo de las organizaciones a través del rescate del potencial dormido con el que cuentan las empresas, el cual, además, no ha sido sistematizado en sus procesos. Esto con el fin de lograr eficiencia y eficacia en el manejo de los recursos disponibles.
En este proceso de perfeccionamiento de las organizaciones a nivel internacional, se destaca al recurso humano como la vértebra principal del crecimiento, de la mano del vertiginoso desarrollo de la ciencia y tecnología que aún no ha sido explotado por las micro y pequeñas empresas para ser competitivas en un mercado que está acelerado, producto de la globalización y el comercio mundial (Segredo, 2015).
En este proceso de autorreflexión del mercado nacional, específicamente en relación a la micro y pequeña empresa en el Perú, hay que destacar que estas organizaciones no han desarrollado su potencial humano para lograr un cambio hacia el éxito, lo cual se ha evidenciado en este proceso de pandemia que ha afectado la economía nacional.
A esto se suma la resistencia al cambio de quienes son los emprendedores de estas empresas, cuyos objetivos, metas, misión y visión no están bien identificados dentro del proceso de desarrollo que quieren alcanzar, ni establecidos en estrategias, lo que hace su rumbo incierto en su crecimiento empresarial (Montúfar Guízar, 2013).
En este contexto, podemos determinar que todo proceso de cambio trae consigo una resistencia ligada al desconocimiento y al temor al fracaso de quienes han visto su emprendimiento caminar en un sendero aparentemente de desarrollo, sumado a los años que están en el mercado y a las pequeñas ganancias que han obtenido con su esfuerzo.
En este camino de desarrollo que vive el mundo, las micro y pequeñas empresas no pueden desvincularse, deben enfrentar el reto del cambio que les impulsa a ser cada vez más competitivas y vender más, a mejores precios y con alta calidad, la única forma de crecer como empresa. En este camino, se destaca el desarrollo organizacional como la puerta al cambio, la que debe estar impulsada para la creatividad, la motivación y el compromiso de quienes son parte de la organización.
En este camino, lo primero que debemos determinar son las fortalezas y debilidades que tiene la empresa en cuanto al recurso humano existente, cuáles son sus habilidades y competencias en razón a las actividades que realiza, determinar la existencia de estrategias de trabajo y procedimientos de producción, como base de un diagnóstico para la toma de decisiones en la empresa, y priorizar las acciones para lograr el cambio de rumbo de la organización, enmarcado en un crecimiento constante.
En tal sentido, se plantea como solución un diseño de desarrollo organizacional acorde a la empresa en la que se interviene, para mejorar sus niveles de desempeño y productividad. Para ello se buscará el desarrollo de las capacidades del recurso humano, en relación a las actividades que realiza, así como capacitarlos en el uso de la tecnología, esencial en toda empresa.
De la misma manera se deben reestructurar los procesos productivos al interior de la organización, incluyendo el estudio de los tiempos de producción con el firme propósito de maximizar la productividad, así como mejorar los procesos de gestión de la empresa en relación al uso de los recursos, bajo el criterio de gestión por resultados e indicadores de calidad. Solo así podremos ser competitivos en un mundo globalizado.
Finalmente, para cambiar lo que sucede en las micro y pequeñas empresas en el Perú, primero debemos cambiar la visión del recurso humano, solo así venceremos los retos externos que enfrentan las empresas, para ser competitivos en un mercado de calidad creciente, problema que se convierte en un reto para las empresas cada día. Es entonces cuando la innovación, la motivación y el compromiso se evidencian como la solución efectiva a los problemas.
Estos factores no han sido aprovechados por los emprendedores de estas unidades productivas, al no invertir en su recurso humano, a lo cual se suma la falta de apoyo del gobierno durante esta etapa de pandemia, a través de Reactiva Perú, lo que demuestra que las empresas son un reflejo vivo de quienes nos gobiernan, las deficiencias a todo nivel del Estado, y con mayor razón las micro y pequeña empresas que no cuentan con recursos económicos y financieras para realizar el cambio que necesitan.
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