Los momentos actuales por los que está pasando la humanidad, no configuran una era de cambios, sino más bien, un cambio de era. Esto queda evidenciado por los avances tecnológicos que están produciendo contextos disruptivos en el mundo frágil, ansioso, no lineal, incomprensible (BANI) que nos ha tocado vivir y en el que la Inteligencia Artificial (IA) está acelerando vertiginosamente estos cambios.
Es indudable que la IA será utilizada cada vez más en las organizaciones de toda índole, incluso en las educativas; sin embargo, en la toma de decisiones y el aspecto humano de la gestión, las personas serán insustituibles. Entender esta realidad está dando tranquilidad a los colaboradores quienes temían perder sus colocaciones; pero es indudable que para adaptarse tendrán que recibir upskilling (capacitación para adquirir nuevas competencias) o reskilling (capacitación para asumir nuevos puestos de trabajo). En suma, si bien es cierto que la IA ha llegado para quedarse, tiene que ser para facilitar el trabajo, de lo contrario carecería de sentido.
A la luz de los hechos, considero que la IA y quienes la manejan tienen grandes desafíos que enfrentar, como el manejo de los datos y los algoritmos, que deben ser utilizados con la máxima transparencia e idoneidad profesional para no realizar acciones incorrectas que rayen en lo delictivo, como la clonación de voces para extorsionar o promocionar productos comerciales, como ya ha ocurrido en el Perú. Es imperativo que nuestras autoridades legislativas normen el manejo de la Inteligencia Artificial y establezcan penas severas para quienes cometan delitos valiéndose de ella.
En el campo educativo, el impacto de la IA está generando el cambio de los roles del docente y el papel de los estudiantes; lo cual propicia nuevas formas de enseñanza y aprendizaje, como el uso del ChatGPT –herramienta de IA más avanzada que el Chatbot– para dar respuesta a preguntas generales y de orientación sobre determinados temas. Asimismo, la corrección de las pruebas de exámenes podrá hacerse en forma rápida quedando más tiempo para acciones más importantes. Otro aspecto que se considera relevante es la enseñanza y el apoyo individualizado (pues no todos tenemos el mismo estilo de aprendizaje), lo cual puede hacerse efectivo vía online, mediante tutoriales y simulaciones.
Pero, por otro lado, es fundamental considerar el aspecto ético en el empleo de la IA. Hay temores de que los estudiantes le puedan dar mal uso. Actualmente, en algunos centros educativos, colegios y universidades de Estados Unidos y el Reino Unido, han prohibido el uso del ChatGPT.
Aun con lo dicho anteriormente, reitero que la IA ha venido para quedarse y para ayudarnos en nuestras actividades, por lo cual hay que dejar el miedo y optar por la confianza.